Reseña
El noveno día del primer mes del año 1954, El pelaíto no lloró, soneó, la negra Toña paría al Nene más travieso que pudo engendrar el mono Puello, sábado, porque el fin de semana es para los rumberos. Café con leche, así definíamos a un mulato en la heroica, bendito mestizaje que cocina seres como Alberto, El Halcón de Colombia, hijo de la cumbia, un mapalé con asomo de zambapalo que se convierte en huracán; color de voz, melao, jocosidad, picardía, caribe, ron, playa… y ñapa. Mamao de pregonar y percutir en balde en las busetas por la Pedro de Heredia, un día Cabrera le pagó el pasaje y el man se embarcó en un coche bala con destino no-frost, y dejó el pelero en la Carta-Ajena; pero casi no llega a destino, porque varias veces estuvieron a punto de bajarlo por la habladera que le cae, nadie pegó ojo en todo el trayecto, casi demandan a Brasilia por tráfico ilegal de loco. “El rrope se fue pa tabogo, por allá está volando” … de boca en oreja corría el pregón del radio bemba… y sí...