Reseña

El noveno día del primer mes del año 1954, El pelaíto no lloró, soneó, la negra Toña paría al Nene más travieso que pudo engendrar el mono Puello, sábado, porque el fin de semana es para los rumberos.

Café con leche, así definíamos a un mulato en la heroica, bendito mestizaje que cocina seres como Alberto, El Halcón de Colombia, hijo de la cumbia, un mapalé con asomo de zambapalo que se convierte en huracán; color de voz, melao, jocosidad, picardía, caribe, ron, playa… y ñapa.

Mamao de pregonar y percutir en balde en las busetas por la Pedro de Heredia, un día Cabrera le pagó el pasaje y el man se embarcó en un coche bala con destino no-frost, y dejó el pelero en la Carta-Ajena; pero casi no llega a destino, porque varias veces estuvieron a punto de bajarlo por la habladera que le cae, nadie pegó ojo en todo el trayecto, casi demandan a Brasilia por tráfico ilegal de loco.  “El rrope se fue pa tabogo, por allá está volando”… de boca en oreja corría el pregón del radio bemba… y sí, vuela, porque como él lo define “somos músicos de grandes aspiraciones”; la sorna y el maleficio lo pones tú, lo concreto es que con Son Callejero sigue dando lora, aunque Perico por sordo lo mató el tren y que el chivo de la campana sigue amarrao.

Canta para respirar, se pasea como Beto por su casa por los géneros musicales colombianos y afroantillanos, un loco que casi siempre tiene la razón, sale con unos tiros que acabarían cualquier guerra, sus versos son el barrio hecho pregón; parece que no le para bola a la vida pero la tiene más clara que cualquier fan edulcorado.

En los amaneceres del 1984, entró a la bandola de Víctor, y ratificó que seguía siendo el nene más travieso, y aunque su preocupación nunca fue de rango militar (ni coronel ni capitán), lo real es que ha sido un soldado con estilo propio, aportó y sazonó al tintililillo del sonido cartagenero, que sancocharon desde los tiempos de upa, del hipo y del parangaricutirimicuaro: Pedro Laza, Rufo Garrido, Clímaco Sarmiento, Clodomiro, Michi, Sofronín, Conrado, Páez, Alandette, Los Oyaga, Betillo Lezama, Rey Arturo, Nando Pérez, Rafy Torres, Joseíto Martínez, Juancho Álvarez, y sigue contado mi llave, la lista de baluartes natales del corralito, (pa no meter a todos los caribes y, hacerla corta).  Posteriormente ese son caribeño lo coronó como “Joesón” su hermano de cuero duro y bailao repelente, arroyando a Colombia, el Caribe, parte del Viejo Mundo y Gringolandia.

Su derrotero musical es largo y variado, te tiro unos cuantos nombres: Manuel Villanueva y su Orquesta, Michi Sarmiento, Orquesta de Pacho Galán, Rubén Darío Salcedo, Lisandro Meza y Los hijos de la Niña Luz, Las Hermanitas Bosa, Chucho y sus Nativos, Willie y sus Exodus, Los Dominantes, El negro Phuloy, Mincho Anaya, La Protesta de Colombia (junto Michi Boogaloo y Saulo Sánchez), El Neco y su Nueva Generación, César Pompeyo y El Combo del Caribe, La Gran Banda de Adolfo Echeverría (con Freddy Cruz), Hugo Alandette y Melao, Carlos Piña, Manrique y su Combo, Lucho Pérez y La Dinamita, Jhon Jairo Murillo, La Competencia de Alberto Barros, y la más universal; los innumerables “Ven-tú”, et cetĕra.

Su pasantía más larga fue al lado de su compadre (Víctor del Real), no pisó el patacón, pero uno de los trabajos discográficos lleva su mote “El Halcón”, para el sello Codiscos, 1988, pero quien aparece en la portada es Víctor; las malas lenguas dicen que Albertico no cumplía con las pretensiones de bellezura con las que soñaban los dueños del aviso… averigüen y me chatean con más salsa y sabor.

Entre el 1993 y el 2002 la birria de la terapia criolla fue la pomada, la furia picotera producía temas como carimañolas en mesa de fritos; fusilando canciones africanas los champetúos locales les acomodaron letras profanas a melodías de alabanzas… y se armó el arroz con mango,  amenazas de cancelación de visa cartagenera, condenas a abrazar árboles y juicios inquisidores, hasta que el palenquero Louis Towers la tiró plena: “Uno no se puede robar lo que es de uno, nosotros también somos africanos”.

En la era involutiva pos-pandémica de la hiper-des-información, más conocida como actualidad, más de uno se las quiere picar de avispao, ganando ave marías con padre nuestros ajenos; lo que antaño era una vergüenza hoy es un “life style” que todos bailan con el mismo zapateíto, como matando cucarachas, ensanduchaos en un “outfitdescalzurriao que promocionan pontífices digitales, que viven del cuento, que no les han revelado el misterio de como un huevo se fue a vivir dentro de una arepa, y que no tienen ni la más puta idea de: caminar descalzo sobre el “padimento” humeante, montarse al ejecutivo por la puerta de atrás, meleguear en Marbella, serruchar en miniteca, tomar Kola Román en bolsa, picarse con el Amín Díaz, revivir con Menticol pa soportar “la caló”, peinarse con trinche, gorrear aire acondicionado en la puerta del Magaly París, regatear pescao en la calle del perfume en Bazurto, remachar sevensleven, batear chequita, acostarse peao de cachete sin destender la cama, privarse en un Unitransco, pedir la parada en un Torcoroma, mamar gallo en un velorio, patiar bola en el polvorín de Chambacú, envejigarse los dedos tirando carrucha, o coronar un barato en la muñequera, y más, y más, pa no repetir etc…  “¡No joda!, sea serio vale mía, coja lo suyo y deje lo ajeno”… “No desordene una casa que usted no está dispuesto a quedarse a ordenar”.

La culebra, como la del Génesis sigue vibrando, estadísticamente debe ser la canción más bailada por las excursiones de fin de año de las promociones de bachilleres comprendidas entre 1990 y el 2000.  El palote es la respuesta a la crónica de un robo anunciado, y por las deliciosas ironías de la vida, sigue siendo una turbina que enciende las redes, las fiestas, las orgías y los sancochos de bordillo… sin embargo, de su autor e intérprete se olvidan a la hora de repartir…ni una presita le toca…  Paren la trilla, pongan oído: ¿Sabes quién te canta, mami? “¡El Halcón, El Halcón!”

Con este muchachón pasa una vaina rara, se puede hacer un símil con Casanova, Cerón, o Fabré, tú has cantado y gozado los temas pero los relacionas con otro artista, o desconoces el intérprete, por ejemplo: “El faisán” lo relacionas con el Conde, y lo interpreta Héctor; “Lindo yambú”, ni el título te suena y mucho menos sabes quién lo canta, y es Santiago; “Trovador, guitarra en manos vas” (que más que un nombre parece un prólogo), ni el título, ni el artista, ni un carajo, pero apenas suenan los primeros acordes tú conectas con la bohemia, bueno, es Cándido… pero pronto, te recuerdo que lo olvidarás… sea este párrafo el llamado a la memoria, a manejar bien la información, a postear con rigor, pa no seguir invisibilizando a los que te ponen a gozar soneando… “¡Quema, quema!” 

ÑAPA
En Transmilenio te puedes cruzar al man, tírale la liga, o vas a esperar que te diga: "Que posibilidad hay de una o dos arepa e huevo", o en su defecto, "Compa, regáleme 5 barritas pa comprarme un deíto e queso, de esos que parecen una mondá e burro".

ADVERTENCIA
“Si te vas a enmuñecar el texto, ten la decencia de dar el crédito”.

PAYOLA
Si tú quieres contratar al Halcón, comunícate al guasap: +57 310 3203791

El Halcón.  Tortazo navideño, Media Torta, Bogotá, 2016
Foto: Cervantes



INVESTIGACIÓN, TEXTOS Y FOTOGRAFÍA
Cervantes  10/10/2025

AGRADECIMIENTOS
Alberto Puello Villarreal

*Foto de portada del blog: El Halcón con Son Callejero, Tortazo Navideño, Teatro al aire libre La Media Torta, Bogotá.  Diciembre 15, 2016.

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